Madrid vivió ayer un domingo de protestas por el clima y por los animales maltratados.
Emocionantísimo y lleno de fuerza fue el acto de la organización Igualdad Animal contra la explotación en las granjas, en el que activistas vestidos de blanco mostraron 100 cadáveres de zorros, visones, corderos, pollos, cerdos… (aquí podéis ver las fotografías) en plena puerta del Sol.
Y, en la lucha por el clima, la plaza de Atocha acogió otra manifestación, un segundo aldabonazo a las conciencias: también un centenar de activistas, esta vez vestidos de negro, simbolizando el color del petróleo, exigieron al Gobierno que cumpla sus compromisos climáticos y deje de buscar más derechos de emisión.
Los animalistas celebraron así el Día Internacional de los Derechos de los Animales, adelantándose a la fecha oficial, que será el 10 de diciembre.
Y lo cierto es que, tal y como está el patio, reivindicar así el veganismo es una maravillosa ofrenda a los pobres animales de granja.
Por su parte, los ecologistas eligieron esta fecha por ser la víspera de la cita de Copenhagen (COP15), en la que durante los doce días se intentará llegar a un acuerdo mundial para reducir los gases de efecto invernadero.
Con una increíble puesta en escena, los de Ecologistas en Acción denunciaron, sin pelos en la lengua, la “alta cuota de responsabilidad” que tiene el Estado español en el cambio climático, como octava potencia mundial y décimo emisor del planeta.
Metieron en dedo en la llaga cuando denunciaron el reparto de derechos de emisión por encima de lo comprometido en Kioto otorgado por el Gobierno a empresas como las eléctricas y las cementeras, así como el mantenimiento de las subvenciones al carbón frente al recorte de las de las energías renovables.
Bañados en un líquido negro petróleo, también criticaron que el gobierno esté animando a la compra de nuevos automóviles, “agravando todavía más la situación”.
Y, como no podía ser de otra manera, se refirieron a la COP15, recordando que no resultará nada fácil detener al calentamiento global.
En cifras, para conseguir que el cambio climático no se dispare, la ONU afirma que las emisiones de los países industrializados en 2020 debería ser un 40% menor que en 1990.
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