×

Review: Rythm Paradise

Rythm Paradise es otro de esos juegos de Nintendo que polariza opiniones.
Sencillo, casual y poco interesante para algunos.
Revolucionario para otros.
¿Y si lo que quieres es, sencillamente, pasarlo bien jugando a la consola y estás abierto a cualquier propuesta? Pues en este caso, tienes todos los números para divertirte.

El juego consiste, simplemente, en llevar el ritmo que te indica la máquina.
Ni más ni menos.
El mecanismo de Guitar Hero o Dance Dance Revolution reducido a su mínima expresión: sí o no.
Sin embargo, el acierto está en llevar este concepto fuera del juego musical.

Cierto es que hay varias pruebas musicales, y que en muchos casos (no en todos), las canciones nos ayudan a seguir mejor el tempo.
Pero hay fases de rellenar robots hasta arriba (hay que verlo), acertar lanzando bastones, ping-pong….
Ah: y todo utilizando únicamente el stylus, y, aunque os sorprenda, de diferentes maneras.
Nos ha gustado Todo el arte y diseños de personajes.
Es variado, con muchísima personalidad, y el toque sencillo y naif casa a la percepción con una jugabilidad basada en un concepto tan básico como el ritmo.
La gran variedad de pruebas.
Realmente sorprendente que un juego basado en seguir un ritmo o llevar correctamente un tempo pueda tener tantas variantes diferentes entre si.
Lo tremendamente adictivo que es.
Rythmin Paradise tiene ese factor que te impulsa a probar otra vez, a ver si consigues superar el nivel.
Aún es pronto para hablar de si es muy rejugable de principio a fin… pero es un juego propenso al pique.
La canción de la fase de los monos.
Imposible sacársela de la cabezaNo nos ha gustadoAlgunas fases son especialmente difíciles.
De verdad, ¿qué tiene que hacer uno para sacar medalla en El Coro.
¡Si lo hago perfectamente!Que no te gusten este tipo de juegos.
Hay a quien le echa para atrás juegos tan sencillos.
Ya les avisamos que aquí no hay polígonos, ni cinemáticas interminables ni chicas pechugonas.
Y es que el mensaje del juego reside en que, a pesar de la teórica sofisticación de nuestra sociedad moderna, un concepto tan primitivo como el ritmo sigue presente en casi todo lo que seguimos haciendo.
Y en videojuegos, esta primitivismo se traduce en mecanismos simples, pero tremendamente adictivos.
O incluso en cosas más complejas: ¿o no se crea un extraño ballet en muchos juegos, cuando aprendemos el patrón de ataque de un enemigo y respondemos en consecuencia? Brillante y, sobre todo, divertido.

Lea También

Contentsads.com